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Las 7 recomendaciones básicas para un embarazo saludable

post-embarazo2 Las 7 recomendaciones básicas para un embarazo saludable

El embarazo es un momento muy importante en la vida. Nuestro cuerpo será capaz de gestar a nuestro hijo durante 9 meses, proporcionándole todo lo necesario para su desarrollo. No es de extrañar, entonces, que nuestro estado de salud se convertirá en un punto clave para una correcta evolución del embarazo.
Si nos ponemos a buscar información sobre qué debemos hacer para tener un embarazo saludable, encontraremos infinitas listas: ir al médico a por una analítica previa, estar en forma, comer bien, eliminar tóxicos, beber mucho agua, evitar el estrés, acudir al dentista y un largo etcétera. Con tantas exigencias al final perdemos el hilo de lo que es realmente importante (puede tener una influencia irreversible en nuestro embarazo) o lo que es una recomendación para que nuestro embarazo transcurra lo más saludable posible (pero se puede corregir durante los meses de gestación).
Por este motivo, la intención de este post es crear una lista de los 7 puntos INDISPENSABLES que deberíamos tener en cuenta a la hora de buscar un embarazo.

1. Toma ácido fólico (Vitamina B9)

Preferiblemente des de 3 meses antes de la gestación para evitar posibles defectos congénitos en el feto. Muchas veces no es posible saber cuando nos quedaremos embarazadas, por esto se recomienda iniciar la ingesta de ácido fólico en cuanto eliminamos las medidas anticonceptivas. Si no teníamos previsto el embarazo es importante iniciar la ingesta de ácido fólico lo antes posible después de saber que estamos embarazadas. Es común que no nos programen la visita con el especialista que nos llevara el embarazo hasta las 8 semanas de gestación, pero es importante que iniciemos la ingesta de ácido fólico antes. La dosis recomendada de ácido fólico para una mujer embarazada es de 400 microgramos (mcg o μg) al dia (la misma dosis se recomienda cuando se está buscando el embarazo). Los complementos de ácido fólico se pueden adquirir sin receta médica en la farmacia (NO son un medicamento, sino un complemento alimenticio). Es importante informar de nuestro embarazo cuando vayamos a comprar el producto ya que así nos pueden recomendar el que mejor se adapta a nosotras. Los rangos de precios son muy variables: los que solo llevan ácido fólico cuestan 3-4 euros, mientras los que vienen complementados con otras vitaminas y minerales cuestan alrededor de los 20 euros. Recordemos que lo estrictamente importante de iniciar cuanto antes es el ácido fólico, por tanto aunque nos decantemos por un suplemento que solo lleve esta vitamina ya estaremos cubiertas. El resto de vitaminas se pueden incorporar bien des del principio o más adelante sin que suponga un riesgo para el embarazo.

2. Evita la ingesta de alcohol, tabaco y otros tóxicos

Es frecuente que antes del embarazo tengamos el hábito de beber y/o fumar de manera habitual. Lo ideal sería ya anular o reducir al máximo la ingesta de alcohol y tabaco en cuanto empezamos a programar quedarnos embarazadas ya que así será más fácil anular estos hábitos cuando finalmente se consiga el embarazo. Una vez se confirme el embarazo lo recomendable es reducir el alcohol y el tabaco a cero.
Por lo que refiere al alcohol, es cierto que los problemas suelen aparecer en bebés nacidos de mujeres que han bebido grandes cantidades de alcohol durante el embarazo. Aún así, no existe una cantidad de alcohol segura para beber durante el embarazo, ya que cantidades más pequeñas también podrían causar problemas en cualquier momento de la gestación. Hay pocas cosas que realmente estén prohibidas durante este periodo, así que es mejor enfocarnos en lo que es importante para no tener la sensación que lo tenemos todo prohibido y no podemos hacer nada. En el caso del alcohol SÍ es importante y hay que anular la ingesta de alcohol por completo durante toda la gestación ya que se trata de una sustancia que cruza la barrera placentaria pudiendo causar daños irreversibles en el desarrollo físico o mental del embrión. Pensemos que solo van a ser unos meses y que con esta medida estamos reduciendo riesgos para nuestro bebé. Una buena opción es tomar cerveza sin alcohol (fijaros en que sea cerveza 0.0, ya que hay algunas marcas que la denominan cerveza ‘sin’ porque tiene un contenido mínimo de alcohol, pero no se podría considerar cero). Si detectamos que nos es difícil anular la ingesta de alcohol, debemos consultar con el profesional sanitario que nos esté llevando el embarazo para encontrar una solución.
Por lo que refiere al tabaco, a parte de la nicotina, fumar nos expone a cerca de 4000 químicos potencialmente tóxicos. Estando embarazadas, estas substancias también llegan al feto, pudiendo ocasionar problemas en el desarrollo. La nicotina presente en el tabaco provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos, reduciendo así la llegada de oxígeno y nutrientes al feto. Uno de los problemas principales relacionados con el hábito de fumar durante el embarazo es el nacimiento prematuro del bebé (antes de las 37 semanas), aumentando así ciertas complicaciones tales como bajo peso al nacer y el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL). También se ha relacionado el tabaco durante el embarazo con el desarrollo de asma y obesidad en la infancia. En la medida que nos fuera posible también tenemos que evitar exponernos de manera habitual al tabaco pasivo (el que fuma la gente de nuestro alrededor). No hay que exagerar ya que durante el embarazo estaremos en muchas ocasiones expuestas al humo de terceras personas que no podremos controlar. Pero si convivimos con personas fumadoras y la exposición sería continua, la recomendación más saludable es que fumen en el exterior o en otras estancias sin nuestra presencia.
Piensa en la parte positiva, el embarazo puede ser una oportunidad para librarte del hábito de fumar, en seguida te notarás más saludable y estarás librando a tu bebé de la exposición a muchas substancias químicas. Si el embarazo es planeado intenta ir reduciendo el número de cigarrillos durante el proceso de búsqueda de embarazo, así cuando te quedes embarazada no será tan complicado dejarlo por completo. Si el embarazo ha venido por sorpresa y no te ha dado tiempo a dejar de fumar de manera paulatina, puede que sea mejor consultar con tu médico de cabecera o ginecólogo para que te ayuden a superar el hábito sin que sufras de demasiada ansiedad que tampoco es beneficiosa durante el embarazo.

3. Estar vacunadas de la rubeola y de la varicela (o en su defecto haberlas padecido con anterioridad)

La rubeola es la más importante de las dos ya que sufrirla durante el embarazo puede ser causa de aborto o ocasionar importantes lesiones en el feto. Antes de alarmarnos hay que saber que la gran mayoría de las personas están vacunadas frente a ella ya que es una de las vacunas incluidas en el cuadro de vacunación de España (la vacuna conocida como triple vírica incluye la inmunización frente a la rubeola y se aplica en dos dosis: a los 12 meses y a los 3 años). Por lo tanto, si en tu infancia te has vacunado con normalidad no tienes que preocuparte en absoluto ya que estás inmunizada frente a la rubeola. Aún así, en la mayoría de los casos, en la primera visita del embarazo se pide una analítica para corroborar la vacunación frente a la rubeola. Si por lo contrario eres consciente de no haber recibido vacunación durante tu infancia es importante que acudas a tu Centro de Atención Primaria (CAP) para vacunarte ANTES de quedarte embarazada. Si ya estás embarazada y sabes que no estás vacunada, en ningún caso puedes vacunarte durante el embarazo. En este caso simplemente tienes que hacer prevención para no contraer la enfermedad, es decir, evitar el contacto con cualquier persona que tenga la enfermedad. Tranquila que a día de hoy los casos de rubeola son muy pocos gracias a la inmunidad colectiva que ofrecen las vacunas.

Por lo que refiere a la varicela es muy probable que no estés vacunada pero ya la hayas pasado en tu infancia. En este caso tampoco debes preocuparte. Si no eres consciente de haberla pasado y tampoco estás vacunada es recomendable que recibas la vacuna ANTES de quedarte embarazada. Igualmente, si ya estás embarazada y no estás vacunada ni tampoco has pasado la varicela es importante evitar el contacto con personas que la están pasando. La varicela se suele contagiar dos semanas antes de que aparezcan los síntomas, por lo que es difícil prevenir el contagio. Aunque las probabilidades de entrar en contacto con el virus de la varicela son mayores que con el virus de la rubeola, en un alto porcentaje de los casos la varicela no llega al feto y por lo tanto tiene menos impacto sobre el desarrollo del embarazo. Aun así, entre las semanas 8 y 20 de gestación se debe evitar la exposición a la varicela ya que son las semanas de mayor riesgo para sufrir los defectos congénitos.
Recuerda que se debe esperar un tiempo prudencial (en general 1 mes) des de que se aplican estas vacunas hasta que se consigue el embarazo. Esta información se suele especificar en el prospecto de las vacunas pero es mejor consultar al profesional que te aplica la vacuna para que te de la mejor recomendación.

4. Haz caso de las recomendaciones respecto a la prevención de la toxoplasmosis

Este es un tema bastante controvertido ya que hay disparidad de opiniones (incluso entre los diferentes profesionales sanitarios) sobre los riesgos reales de contraer toxoplasmosis ingiriendo diferentes grupos de alimentos.
La toxoplasmosis es una infección provocada por un protozoo parásito llamado Toxoplasma gondii. En España la toxoplasmosis tiene un nivel de prevalencia de aproximadamente el 20%. Es decir, el 20% de la población es seropositivo para los anticuerpos frente a la toxoplasmosis, significando que ha sido infectado por el parásito en algún momento de su vida. Sin embargo, en España, la incidencia de toxoplasmosis gestacional (contraída justo durante el embarazo) está alrededor del 2%.
En la mayoría de los casos la toxoplasmosis es una enfermedad asintomática aunque a veces puede aparecer una especie sintomatología gripal. Para la población en general, la toxoplasmosis se considera una enfermedad leve que no suele causar ninguna complicación. El problema viene cuando se contrae justo durante el embarazo. En este caso, la infección puede pasar al feto y causarle problemas en su desarrollo. La gravedad de estos problemas varía mucho en función del momento del embarazo en el que se esté cuando se contrae la infección.

Durante el embarazo (y preferentemente antes), se realiza un protocolo de diagnóstico serológico de la toxoplasmosis en la mujer mediante un análisis de sangre. Con el resultado se nos informa de si estamos inmunizadas frente a la toxoplasmosis o no. Si ya la hemos pasado con anterioridad (en el análisis nos saldrá la IgG positiva y la IgM negativa) no debemos preocuparnos ya que habremos adquirido inmunidad frente a la infección y es muy poco probable que tengamos ningún tipo de problema durante el embarazo. En este caso, no debemos tener en cuenta las medidas profilácticas para la prevención de la toxoplasmosis ya que nos podemos considerar inmunes.
Si no nos hemos contagiado con anterioridad (nos saldrá la IgG negativa y la IgM también negativa) es cuando tenemos que evitar exponernos a la toxoplasmosis durante la gestación.

Así que ahora vamos con lo importante, las medidas profilácticas para prevenir el contagio de toxoplasmosis.

La toxoplasmosis se transmite de los animales a los seres humanos mediante diferentes vías. Durante el embarazo, las más comunes son: la ingestión de carne cruda o poco cocida que puede contener los quistes del parásito en sus tejidos y la ingestión de ooquistes del parásito presentes en vegetales contaminados. De hecho, aunque el jamón se lleve toda la mala fama, en España la principal vía de contagio es a través de verduras y frutas mal lavadas. Hay otras vías de transmisión menos comunes como es el contagio a través de las heces de gatos infectados (los cuales pueden actuar como huéspedes del parásito eliminando quistes en sus heces).
Teniendo en cuenta estas vías de transmisión, las medidas para no exponernos a la toxoplasmosis durante el embarazo son las siguientes:

  • Cocina bien la carne que vas a comer. Para destruir el parásito la temperatura dentro de la pieza de carne tiene que alcanzar más o menos los 70 grados (dependiendo del tipo de carne los grados pueden variar). Como controlar la temperatura es complicado, la manera más sencilla es asegurarte que el interior de la carne esté completamente cocido (sin zonas rojas).
    Tenemos que tener en cuenta que los embutidos se producen con carne cruda y por tanto pueden ser un foco importante de exposición a la toxoplasmosis. Muchos profesionales sanitarios recomiendan congelar los embutidos al menos durante 3 días a -20º para destruir los posibles quistes del parásito presentes en la carne. Varios estudios demostraron que la congelación comprometía la viabilidad del Toxoplasma (Dubey 1988, Kotula et al. 1991, Lundén y Ugla 1992, El-Nawawi et al. 2008), pero también hay constancia de estudios en los que se ha demostrado que el número de quistes se reduce mucho con la congelación pero no llega a destruirse por completo (Gencay et al. 2013). También el largo proceso de curación que se realiza en algunos tipos de jamón parece destruir los quistes.
    Puede que tu médico te hay prohibido por completo todos los embutidos crudos, puede que te haya recomendado congelarlos antes o incluso puede que ni te haya advertido del posible riesgo que tienen los embutidos ya que sea partidario de que el proceso de curación lo destruye todo.
    Entonces ¿qué hacemos? Des de mi punto de vista, como no sabemos qué temperatura tiene nuestro congelador ni cuantos meses ha estado curado ese jamón, soy partidaria de no consumir (en crudo) alimentos hechos con carnes crudas aún si han estado congelados o curados. Por el contrario, si estos embutidos los sometemos a temperatura altas los podemos comer con total garantía. Por ejemplo podemos comer perfectamente unos guisantes con jamón serrano si lo hemos cocinado todo en la sartén. O comer una pizza con pepperoni ya que la alta temperatura del horno destruiría el parásito. También podemos optar por consumir embutidos ya cocinados (pavo, jamón York, etc).
  • Lava muy bien las frutas y las verduras. Es recomendable limpiarlas por fricción bajo el chorro de agua. Es decir, no solo dejarlas sumergidas en reposo, sino limpiarlas a conciencia parte por parte. El uso de un desinfectante (tipo Amukina®) puede ser de ayuda, pero aún así no debemos olvidar el lavado minucioso. Mi recomendación es hacerlo una sola vez a la semana con todas las frutas y verduras que consumiremos en los siguientes días. Después de la compra semanal, primero las limpiamos bien bajo el grifo y después las dejamos en agua limpia con el desinfectante. En el caso de Amukina® se mezcla un tapón dosificador del preparado con 2,5L de agua y se dejan las frutas y las verduras (sin pelar) en remojo durante 15 minutos. Pasado el tiempo se pasan otra vez por debajo del grifo para retirar el desinfectante y se dejan secar al aire. Luego las podemos guardar de manera normal y consumirlas en los siguientes días sin necesidad de volver a desinfectar.
    Recordemos que si comemos fuera y no podemos garantizar que se hayan limpiado bien los alimentos, es mejor que optemos por opciones en las que las frutas y las verduras vengan cocinadas. Pelar este tipo de alimentos antes de consumirlos también reduce el riesgo de exponerse a toxoplasmosis.
  • Lávate bien las manos y los utensilios de cocina con agua y jabón. Sobre todo después de manipular carne cruda o frutas y verduras no lavadas.
  • Si tienes un gato en casa, evita manipular sus excrementos con las manos. Procura usar guantes y limpiarte bien las manos a continuación. Los gatos caseros que no están alimentados con carne cruda raramente tienen el parásito, aún así, es importante establecer ciertas medidas profilácticas por precaución.
  • Ponte guantes para tocar tierra o realizar tareas de jardinería y lávate bien las manos cuando acabes

5. Cuidado con el citomegalovirus

Mucho se habla de la toxoplasmosis y poco se nombra al citomegalovirus, de aquí en adelante CMV. El CMV es un virus de la familia de los herpes. Más de la mitad de la población nos contagiaremos del CMV a lo largo de nuestra vida sin que esto suponga ningún riesgo para nuestra salud. De hecho, la mayoría de infecciones por CMV son asintomáticas o dan una sintomatología muy leve. El problema viene si nos contagiamos por primera vez (primoinfección) de CMV durante la gestación. En este caso, hay probabilidades que exista un contagio congénito y el virus pase el feto, pudiéndole ocasionar defectos de nacimiento y problemas de salud.
El CMV se contagia principalmente a través del contacto directo con fluidos de una persona infectada (principalmente saliva, orina y heces, aunque también secreciones vaginales, sangre o leche materna). Recuerda que esta persona raramente sabrá que está pasando este virus ya que de máximo presentará unos síntomas parecidos a un resfriado (fiebre, dolor de garganta, inflamación de ganglios y cansancio).
Generalmente no se hacen determinaciones durante la gestación para detectar la presencia de CMV en la madre, aunque si lo vieras necesario se lo puedes pedir a tu médico de referencia. Lo que sí creo que es necesario, y muchas veces no se hace, es recordar la importancia de cumplir con ciertas medidas preventivas para evitar el contagio.

  • Lávate las manos frecuentemente, sobre todo después de cambiar pañales a un niño. En las madres que ya tengáis un hijo es importante cumplir con este paso durante los meses de embarazo, aunque vayamos justas de tiempo! Puedes ponerte un desinfectante de manos al lado del cambiador así no te olvidas.
  • Procura no besar en la boca o cerca a los niños pequeños ya que es bastante común contraer el virus durante la infancia y los niños son un foco importante de contagio (sobre todo de 1 a 2 años y medio). Si tenemos hijos o sobrinos pequeños y estamos embarazadas les podemos coger, abrazar y jugar con ellos con normalidad, pero debemos evitar besarlos directamente en la boca o en la nariz donde puede haber saliva y mucosidades.
  • Procura compartir lo mínimo cubiertos, vasos o alimentos con niños pequeños.
  • Mantén una buena higiene de los juguetes y otros objetos que los niños hayan manipulado con la boca.
  • Si trabajas con niños es importante que tengas en cuenta estas medidas preventivas durante tu embarazo ya que estás expuesta más expuesta que la población general.

Por suerte, el CMV se destruye fácilmente con calor o con lavado con agua y jabón. Por este motivo, una vez lavados los utensilios de cocina o los juguetes desaparece por completo el riesgo de contagio.

6. Consulta siempre con los especialistas sobre toda la medicación que tomas o vayas a tomar

Durante el embarazo es altamente recomendable no automedicarse en ningún caso. Siempre debes consultar con los especialistas antes de iniciar cualquier tratamiento. Es decir, si empiezas un proceso gripal, tienes tos, acidez o te duele una muela (por poner ejemplos frecuentes) consulta con un profesional sanitario en lugar de tomar la medicación que solías tomar antes del embarazo. Para la mayoría de pequeñas molestias que suelen aparecer durante el embarazo existen opciones seguras que se pueden utilizar, pero es importante contrastarlo siempre con un profesional sanitario. Recuerda también que no todo lo natural es apto durante el embarazo.
Por este motivo, en cuanto se confirma el embarazo, es importante informar al profesional de referencia sobre la medicación que tomamos habitualmente. Así validamos si podemos/debemos seguir utilizando dicha medicación o si tenemos que buscar una alternativa compatible con el embarazo.
La gran mayoría de medicamentos no pondrían en riesgo el desarrollo fetal si se utilizaran solo puntualmente o si se hubieran tomado antes de saber que estuviéramos embarazadas. Pero vale la pena destacar que existen ciertos grupos de fármacos que sí tiene un riesgo muy bien establecido de teratogenicidad (pueden causar efectos irreversibles en el desarrollo del embarazo). Entre este grupo solo pondremos hincapié en los que son ampliamente usados en la actualidad en la población en edad fértil:

  • Fármacos derivados retinoides usados oralmente para tratar trastornos cutáneos tales como acné, psoriasis o rosácea. Las marcas comerciales más conocidas en España son: isotretinoina (Acnemin®, Dercutane®, Flexresan®, Isdiben®, Isoacne®, Mayesta®), acitretina (Neotigason®, acitretina IFC®), alitretinoína (Toctino®).

Cuando el médico te pauta este tipo de medicación siempre te informa sobre el peligro que conllevaría quedarte embarazada durante el tratamiento. Siguiendo con el Plan de Prevención de Embarazo (PPE), hacen firmar un formulario de conocimiento del riesgo para garantizar que la paciente ha recibido la información correctamente. En general se pauta un método anticonceptivo adicional al uso de preservativo. Por tanto, es muy improbable que te quedaras embarazada tomando este tipo de medicación. Lo añadimos a la lista para recordar la importancia de seguir las recomendaciones médicas durante estos tratamientos. 

Los derivados retinoides también están comercializados en presentaciones tópicas (Differine®, Epiduo®, Tactuoben®, Isotrex®, Zorac®, Neocare®, Retirides®, Treclinac®). Su absorción sistémica en estos casos es prácticamente nula y no parece asociarse a riesgo teratogénico. Aún así, el uso de tratamientos tópicos con derivados retinoides no se recomienda durante el embarazo ni en mujeres que están planificando un embarazo. Por tanto también procura no utilizar medicación tópica que te hubieran recetado con anterioridad sin antes volver a consultar.

  • Ácido valproico (en España la marca comercial es Depakine®) usado como antiepiléptico. Aunque el protocolo exige las mismas medidas de prevención de embarazo que en el caso de los retinoides orales, la divulgación sobre el riesgo de teratogenicidad que conlleva este tratamiento no está tan extendida.
  • Algunas familias de antibióticos: los más destacables los aminoglucósidos y las tetraciclinas

Aquí hemos hecho un resumen muy corto por lo que refiere a la medicación y el embarazo. Si necesitas información más detallada acude a tu médico de referencia, consulta en tu farmacia o contacta con el Servicio de Información de Teratógenos de España (SITE) llamando al teléfono 91 822 24 36. Allí te darán las recomendaciones a seguir.

7. Y alguna cosita más...

  • Cuidado con tu tiroides! Las hormonas tiroideas deben estar en niveles adecuados durante la gestación. Por esto en la primera visita con el especialista siempre te mandan una analítica completa en la que se incluyen los niveles de estas hormonas (TSH, T4 y T3). Si ya estás en tratamiento para problemas de tiroides antes del embarazo, es importante que acudas al endrocrino o al médico de cabecera para confirmar que estás con la dosis correcta de medicación.
  • No comas quesos o productos lácteos hechos con leche cruda sin pasteurizar para evitar exponernos a la listeria. Antes que escribiros una lista de los quesos que se pueden consumir y los que no, es mucho más fiable que al comprarlo lo miréis en la etiqueta. Si pone algo así como ‘elaborado con leche pasteurizada’ lo podéis consumir sin problema. Como en el restaurante no estaremos preguntando si el queso estaba pasteurizado, es mejor optar por opciones donde el queso esté cocinado.
  • No comas pescado crudo ni ahumado por el posible riesgo de contraer anisakis. Preferiblemente congela el pescado durante 5 días antes de consumirlo.

Espero que con este post no te entren ganas de salir corriendo. Es cierto que al ver escritas todas las recomendaciones juntas da la sensación que tengamos muchas cosas prohibidas durante el embarazo. Recuerda que el embarazo es un momento único y no debes dejar que los miedos se apoderen de ti. En realidad, todo se reduce en aplicar el sentido común y cumplir con ciertas medidas preventivas. Piensa que solo van a ser unos meses de tu vida y que cuando te acostumbres a los cambios cada vez te parecerá menos sacrificado. Ánimos!

:)

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